viernes, 5 de junio de 2009

Descubrir la verdad en el tiempo de descuento


- No olvides las reglas.- se dio la vuelta hacia el etéreo ser que se desvanecía y cerró fuertemente los ojos aterrado de lo que vería cuando los volviese a abrir. Se dio media vuelta.El viento le alborozo los cabellos, el olor a salitre le colmó la nariz y en sus oídos sintió el ruido inconfundible del mar pero aun no abrió los ojos. Hacia una semana que no había olido nada, que no había sentido la brisa… quería disfrutarlo.Un montón de voces se fueron acumulando en sus oídos, la gente empezaba allegar, todos los tonos eran de sorpresa, y pese a estar ahí, no estaba, no hasta que abriera los ojos y se hiciese visible para ellos. El murmullo se fue calmando. De alguna manera todos los congregados habían comprendido de pronto que algo iba a suceder… sonrió y se dispuso a abrir los ojos. Y en ese momento le golpeó.Como una patada en la cabeza sitió en lo más hondo de su alma, porque ya era lo único que le quedaba, el perfume de ella y su clara voz. Abrió los ojos y el pequeño grupo de gente contuvo la respiración como si fuesen uno solo, más de una persona gritó y dos se cayeron al suelo de la impresión. Alzó una mano para tranquilizarlos y todos callaron.- No os preocupéis, esto es real. Y cuando acabe todos volveréis a vuestras casas.- ¿Entonces no estas muerto? - Sí. Lo estoy. El silencio acogió su respuesta.- Se me ha permitido volver, por tiempo limitado, solo para despedirme de vosotros. Cuando esto acabe… me iré, y no volveremos a vernos mas,Comenzó las despedidas… Padres, Hermanos, Compañeros. Todos lloraron amargamente al darle su ultimo a abrazo… y el les sonrió a todos con franqueza y les deseo suerte y que se cuidaran. Pero entonces llegó ella.Le abrazó. Nunca le había abrazado de aquella manera. Se fundieron en un abrazo que parecia que jamás iba a tener fin. Sin embargo pese a que no quería soltarla su tiempo se estaba acabando… y tenia que soltarla, eran las reglas, habia decidido dejar para el final a la persona que mas había amado en vida y ahora tocaba soltarla.- Tengo que irme. Suéltame. - No.Por toda respuesta, ella no iba a soltarle, y entonces lo supo, por eso se le había permitido volver, para demostrarle que al menos había una persona que lo quería. Pero tenía que hacerlo. - Si no te sueltas morirás tambien.- No me importa- Tienes que hacerlo.- No te pienso soltar, voy a irme contigo.Sus piernas comenzaban a desvanecerse. La gente le pedía a ella que se soltase pero ella parecía serena. Feliz. Apoyaba la cabeza en el pecho de él. Dispuesta a morir si hacia falta.El la miró y vió en sus ojos que no le soltaría.Al sentir que se desvanecía acercó su boca al oído de ella y decidió en una décima de segundo. - Te estoy salvando la vida.- y le golpeo fuertemente en la nuca para que perdiera el sentido. Libre del abrazo y con lágrimas vacías de vida se desvaneció en el viento sin poder apartar la vista de ella.

1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho tu escrito..preciosa declaración de amor por ambas partes. Me has puesto la piel de gallina! jejej
    Gracias por pasarte por mi blog.
    Te sigo leyendo
    Un abrazo

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